Hoy más que nunca los rociadores residenciales en el hogar son más que necesarios. Las estadísticas demuestran que el número de muertes en viviendas cada año es muy alto, especialmente en los meses más fríos. La causa de estas muertes en la mayoría de las ocasiones se produce por incendios domésticos derivados de un mal uso o un mantenimiento deficiente de los elementos de calefacción y eléctricos en las viviendas, o por cigarrillos o velas mal apagados, elementos calefactores obsoletos o próximos a materiales combustibles, conexiones eléctricas saturadas, chimeneas sin supervisión, etc.
Además, esto se ve agravado por el hecho de que la mayoría de las víctimas viven solas, son de edad avanzada o de muy corta edad. Así, las mayores consecuencias las padecen los más desprotegidos.
Sistemas de protección contra incendios
Una de las mejores soluciones para evitar que ocurran estos siniestros, evitando no solo las víctimas mortales, sino también los heridos y las pérdidas materiales, sería la de instalar un detector de humos y un rociador automático en el domicilio.
Detector de humo
Un gesto tan sencillo y de bajo coste, puede salvar múltiples vidas. El detector de humo detecta rápidamente las partículas de humo donde se produce un incendio, alertándonos rápidamente del peligro de fuego en la vivienda. Además, si el propietario lo precisa durante la instalación, la alarma también puede avisar al resto de inquilinos y al servicio de emergencias, disminuyendo el número de posibles víctimas y acortando el tiempo de respuesta de ayuda.
Rociadores
Por otro lado, los rociadores residenciales son automáticos y permiten la descarga de agua para que el incendio sea extinguido. Se instalan en todas las estancias y en caso de incendio, estos rociadores descargan de forma automática el agua sobre el área afectada por el fuego. Así, el fuego queda extinguido en muchas ocasiones y en otras, ayuda a que no continúe avanzando, permitiendo a las personas huir del lugar y minimizando los daños producidos por el fuego en el espacio. Además, al igual que los detectores de humo, los rociadores avisan de la existencia de fuego en el hogar y la alarma puede transmitir al exterior de la casa.
Cómo funciona un rociador
El rociador funciona 24 horas los 365 días del año, son casi invisibles y se instalan en el techo o las paredes y se mantienen conectados a una red de tuberías que los alimenta de agua de forma continua. Ante un exceso de temperatura, sus válvulas automáticas se abren y actúan exclusivamente sobre el área afectada. Además, gracias a la tecnología, la mayoría de las habitaciones se cubren con un único rociador.
No obstante, lo ideal en una residencia es la instalación de ambos sistemas: detector de humos y rociador, ya que son complementarios y no debemos escatimar cuando hablamos de reducir los riesgos de los efectos de un incendio.