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Los detectores de humo o de incendios son dispositivos electrónicos, que colocados en el techo en la zonas de mayor peligro o riesgo de incendio nos van a alertar mediante un fuerte sonido, mediante su sirena interior, y de una forma casi inmediata, de la presencia de humo o fuego en el recinto. La cantidad de detectores y su correcta ubicación dependerá del tipo de vivienda, edificio, nave, oficina, empresa…

Las estadísticas nos muestran que la mayoría de las muertes causadas por incendios no provienen de las llamas, sino de la inhalación de humo. Y como adelantamos en el post sobre Incendios en el hogar en España, la mayoría de las muertes relacionadas con incendios, casi dos tercios, ocurren entre las 8 de la noche y las 8 de la mañana.

Finalidad de los detectores de humos

La finalidad de estos aparatos es reaccionar a tiempo para poner a salvo a las personas que hubiera en la oficina, nave, empresa o vivienda. Y si es posible, y tenemos los conocimientos y las herramientas adecuadas, intentar apagarlo (con el empleo de extintores, mantas ignífugas, mantas húmedas…), minimizando los posibles destrozos que ocasionaría si ese incendio fuera a mayores.

Tipos de detectores de humo o de incendios

Los detectores de humo o de incendios pueden ser de dos tipos:

Analógicos

(indican el nivel de la sustancia o magnitud medida, como la concentración de un elemento generado durante el incendio)

Digitales

(detectan la presencia o variación de humo, pero sin poder cuantificar el nivel)

Detectores de humos en edificios

No obstante, en cuanto al uso en edificios, existen tres tipos de detectores de humo o de incendios:

  • Detectores convencionales: Detectan humo, fuego, calor o cualquiera de sus combinaciones. Se instalan en lazo e indican si hay una alarma en las diferentes zonas de detección.
  • Detectores convencionales direccionables: Son capaces de detectar la existencia de calor, humo o fuego (o su combinación) pero indican si existe alarma por cada elemento de detección, no por cada zona.
  • Detectores inteligentes: Conectados en lazo pero capaces de cuantificar la presencia de humo, niveles de temperatura, fuego o combinaciones de estos elementos y reaccionar de acuerdo a un protocolo programado previamente.

Detectores de temperatura

Los detectores contra incendios de temperatura se colocan en aquellos lugares donde no es posible o apropiado instalar detectores de humo. Por lo general suelen ser zonas de servicio como la cocina o garaje, donde el humo no procede de un fuego.

Según su funcionamiento:

  • Detectores térmicos: O de temperatura fija, están diseñados para activar una alarma cuando la temperatura del aire alcanza un límite establecido (el más común es de 58 °C, aunque existen en el mercado detectores que se activan a 47 ºC, lo que aumenta el margen de seguridad).
  • Detectores termovelocimétricos: Activan una alarma cuando detectan un rápido incremento en la temperatura del aire (8 °C por minuto), independientemente de la temperatura inicial.

Detectores de humo

Detectan la presencia de humo en el aire y activan una alarma para alertar del peligro de incendio. Según el método utilizado para la detección del humo podemos encontrar:

  • Detectores iónicos: Detectan gases y humos de combustión y disponen de una cámara de ionización de aire abierta; si el humo entra en contacto con la cámara se reduce la ionización del aire y se activa la alarma.
  • Detectores ópticos o fotoeléctricos: Cuentan con un dispositivo emisor de luz y otro fotorreceptor situados en diferentes ejes. Cuando el humo entra en la cámara del detector, el haz de luz enviado por el emisor se dispersa alcanzando el detector, y activando así la alarma. Habitualmente se utilizan en viviendas, centros comerciales, supermercados, cárceles o bodegas, entre otros.
  • Detector de rayo infrarrojo: Este tipo de detector óptico dispone de un elemento emisor, un reflector y un receptor. La alarma se activa cuando el haz de luz infrarroja recibida por el elemento receptor se encuentra por debajo de una intensidad preestablecida, ante la presencia de una densidad de humo determinada en la trayectoria de los haces.

Detectores de llama

Este tipo de detectores sólo se emplean cuando existe riesgo de combustión sin humo (cuando hay presencia de gases o líquidos combustibles) y su uso está más orientado al ámbito industrial.

Encontramos tres tipos de detectores de llama:

  • Detectores ultravioletas (UV): Incorporan un sensor de radiación ultravioleta.
  • Detectores infrarrojos (IR): Tienen un sensor de radiación infrarroja que activa una alarma ante un cierto nivel de radiación infraroja.
  • Detectores combinados (IR/UV): Incorporan ambos sensores con la finalidad de aumentar la sensibilidad además de reducir el riesgo de falsas alamas.

Mantenimiento y vida útil de los detectores de humos

En función del tipo de detector deberá establecerse un plan de mantenimiento ya que algunos son más sensibles a la suciedad y pueden llevar a falsas alarmas.

Si antes de su instalación se eligió correctamente el tipo más adecuado, así como una ubicación correcta, con unas simples instrucciones de inspección y mantenimiento podemos hacer que la vida útil de los detectores de humo funcionen de forma eficaz.

 

Tareas de mantenimiento básicas:

  • Comprobación visual: comprobar que están perfectamente fijados, su carcasa bien sujeta y sin daños externos.
  • Comprobación eléctrica: comprobar el estado de la batería basándonos en el consejo del fabricante)
  • Comprobación del funcionamiento: pulsaremos el botón para saber si funciona.
  • Limpieza: Para ello emplearemos un cepillo suave o una aspiradora y eliminaremos los restos de polvo, pequeños insectos, etc. En caso de que no sea suficiente, desmontaremos la carcasa para una correcta limpieza, siempre y cuando se siga el manual de instrucciones de fabricante.

El tiempo de vida útil de un detector

El tiempo de vida de un detector (en condiciones ambientales normales) es de 10 años según los expertos. Una vez se alcance ese tiempo, se puede recurrir a dos opciones:

  • Realizar determinadas pruebas y análisis del equipo establecidas por el fabricante y que aseguren que su estado operativo se encuentra en condiciones equiparables a las del momento de su fabricación y dentro de los parámetros indicados en la norma que le corresponde. Si son favorables, podrá seguir funcionando durante un periodo de tiempo adicional.
  • Proceder a su sustitución.

Recuerde que es importante que en los mantenimientos y los controles de seguridad de los detectores de humos o de incendios los técnicos comprueben que no existen roturas o deformaciones. Además, las reparaciones deben ser realizadas por personal cualificado y autorizado como DREXMIN.